«Cuando las cosas tienen un alma, marcan la diferencia» dice Javier Picón. La pasión por el mundo de los relojes de este burgalés viene por parte de uno de sus tíos, desde muy pequeño se quedó fascinado por estos artilugios y se sumergió de lleno en las historias que cada uno de los relojes que veía le iban contando. Con el paso del tiempo, consiguió trabajar en una de las mejores relojerías de España y allí es donde se formó en este sector.